El siguiente fin de semana, fué el turno de reencontrarme con una amiga. Sandra estuvo por la ciudad por algunos días por una convención que hubo de ex-alumnos (muy ad-hoc para volver a recordar en mi cabecita la película de "Efectos Secundarios", caramba) y pues aprovechamos para salir por un par de días. Primero el jueves, donde después de ir a cenar nos quedamos conversando... ¡horas! hasta ya muy de mañanita, literalmente. Luego el viernes, yo todavía somnoliento por la noche (o mañana) anterior, pues otra vez a cenar y a jugar algunos videojuegos en el Dave & Buster's. Aproveché para pedirle jugar un poco de Air Jockey donde no se desenvuelve ¡nada mal! - Super a gusto ambos días, mucha plática, muchos temas igual de la vida, los amores, los amigos; hasta el trabajo, la situación política y tantas cosas. Conversadoras como ella no se encuentran todos los días. Quedamos pendientes en salir a bailar después (ya que estuvo tomando clases de baile, pues hay que ser compartidos pues ;-) - Pero bueno, ocupamos el tiempo en otras cosas, se tenía que ir de convención en el fin de semana y yo pues... tenía que preparar varias cosas para el viaje de trabajo por venir y otros menesteres como "amo de casa".
Después seguimos con los clásicos. Tarde para relatarlo porque ya todo mundo lo sabe, pero nunca tarde para festejarlo: ¡Ganaron las Chivas en el clásico mexicano de futbol! 2 goles a 0. Pobres Americanistas. Chiva que comió Aguilucho. En el estadio Jalisco, claro está. Tarde de sábado con lluvia bastante pertinaz mientras conduzco a la casa de Ena y Robert a ver el partido. El, Americanista de hueso colorado. Ella, anti-americanista (¿suena conocido?) El con su camisa del América, yo con la mía del Guadalajara con una hermosa chiva estilizada al frente (no la Chiva de BigBrother, por desgracia :-P), adquirida hace apenas un par de semanas porque la anterior ya se jubiló debido al uso. Unas botanas, unas cervezas, unos cigarros y la emoción de que ambos equipos se ven equilibrados en un primer tiempo a mi gusto bien jugado de ambos lados, pero sin goles. Segundo tiempo, y dos destellos hacen que mi garganta grite "Gooool" a todo pulmón, al tiempo que me callo por ser invitado y el anfitrión queda de luto ante cada anotación. Ni modo, hay que respetar. Me gustaron mis chivas que se reencontraron con el triunfo, y aunque pocas veces me da oportunidad de ver los juegos, los clásicos (esos mismos donde se ha dejado fotos, comidas y camisetas en apuestas) no pueden dejarse de ver.
Domingo, salir temprano al Aeropuerto de viaje de trabajo. Llevo en mi maleta, como de costumbre, un armamento de tequilas para los amigos, que ocurre son también parte de la empresa que voy a ver. Todo sin novedad, excepto que en el hotel donde llego ha habido un concurso de Salsa Casino bastante grande, y veo parejas saliendo. Me recuerda que debo comenzar a buscar clases pronto


Vuelta a México. Ahora el reencuentro es con la realidad. Tráfico por la mañana, montón de correos por responder en la tarde. Ya casi de noche, revisando algunos correos personales de gente con la cual hacía tiempo no me escribía, y gente con la cual hay mucha afinidad... mas reencuentros, pues. Y en eso estamos, cuando cae una llamada de soporte que ya no me daba mucha voluntad responder alrededor de las ocho de la noche, pero que venía de alguien que me cae muy bien, solicitado por alguien que me cae muy bien. No pudiendo decir que no, resignado, pues un reencuentro mas con el ingeniero de soporte que aunque quiera dejarlo atrás, todavía vive en mí. Ese que tiene que pensar analíticamente, de manera lógica y ordenada para ver dónde rayos está el problema, tal cual fuí entrenado... Y lo que bien se aprende jamás se olvida. ¡Como odio esto del soporte!, pero la costumbre... ¡Maldita costumbre!. Maldita adicción al stress. Al cabo de varios minutos, aparece el potencial culpable. Parece que todo funciona. Listo...
¿Me voy a dormir, ver televisión, leer, o a ver qué ofrece la ciudad por la noche? ¡No todavía! - Hay que escribir que hay mucho que agradecer esta semana: por volver a saborear un partido de futbol cuando gana tu equipo, por haberte reencontrado con l@s amig@s. Por el beso en la frente y en la mejilla. Por haber vuelto cargado de regalos que ¡hey! no se merecían pero se agradecen mucho (y sobre todo disfrutar las arepitas que serán hechas este fin de semana ;-). Por el abrazo con el "adversario" que es seguidor del equipo rival. Por el placer de disfrutar una "Reina pepeada" en compañía de los amigos y quedarse con las ganas de una "Peluda" con Jamón para la próxima (hablamos de Arepas, claro está); y porque... simplemente este fresco de la noche de hoy que me obliga a vestir un sweater, a mí que no me gusta; invita a quedarse en casa en lugar de salir, me recuerda que un viernes por la noche también se puede disfrutar mientras se vuelve a vivir mediante las memorias lo que en la semana se ha pasado. Frente a una computadora, con un vaso de leche con chocolate y galletas, y con la sonrisa en los labios...
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