lunes, enero 25, 2010

Hasta la vista amigo


Hace hoy una semana que recibí la noticia: Mi amigo Jaime había pasado a mejor vida. Un accidente. Una vida truncada. ¿Explicaciones? - Ninguna que en verdad entregue las respuestas a las preguntas que todo mundo se hace ¿Por qué él? ¿Por qué siendo tan joven? ¿Cómo es posible? - Respuestas que ni siquiera llegan a ser truncas, pues aún el comenzar a plantearse una se antoja ilógico. Ante esto, la aceptación de que una inteligencia mayor que la nuestra sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros y por qué ocurren las cosas, es la única respuesta que cabe en mi cabeza... Mas sobre todo, si como dijo su hermana, se pudo haber evitado si es que hubiera usado el cinturón. Malditos "hubiera"...

Me duele esto, no solo por la cercanía que me unía con Jaime por haber trabajado un par de años junto a él y verlo con bastante frecuencia, la suficiente para conocerle y apreciarle; sino porque era una buena persona. Sé que esto suele decirse siempre cada que se va alguien, sin embargo en el caso de Jaime sí era así. Todo mundo lo quería, y él tenía una sonrisa siempre para todo mundo. No importaba qué tan mal fueran las cosas, siempre tenía una sonrisa para todos. Siempre...

Todavía vino a visitarme cuando estaba enfermo. Trajo unos chocolates para mí. Las cosas no iban de lo mejor para él en la época, pero aun así tenía amor de sobra para compartir y comfortar a los que estaban al rededor de él. ¡Quién lo iba a decir!

Gracias Jaime por haber compartido con nosotros mucha de la alegría que Dios te dió en espíritu. Te tenga el a su lado y en su Gloria... Dejas en muchos corazones su huella: la huella de una amistad, de alguien que iluminó con su cariño y su afecto nuestras vidas, una memoria y un recuerdo imborrable.