lunes, marzo 24, 2008

Tu poder de compra y tu país.

Cada que voy al supermercado a realizar mis compras de la semana hago un extraño ritual cuando veo un producto que regularmente no compro, pero que por alguna razón en esa ocasión me ha llamado la atención: veo su origen. Si el producto dice "Hecho en México" entonces va para el carrito directamente. Si el producto dice que está hecho en algun otro lado, entonces intento buscar primero un equivalente hecho en el país. Si lo encuentro, es ése el que va a parar al carrito. Si no lo encuentro, entonces veo si encuentro algun equivalente hecho en Latinoamérica (Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, donde sea... pero en latinoamérica). Si no lo encuentro, entonces medito bien (esto significa que lo pienso mas de dos veces) la utilidad de lo que sea que haga susodicho objeto, y si efectivamente es algo necesario, indispensable o bien insustituíble, entonces va al carrito. Caso contrario regresa al estante que antes lo exhibía...

Lo anterior es un ritual religioso. Y esto es especialmente si se trata de algún alimento. Prefiero las manzanas de Chihuahua a las manzanas de Washington. Prefiero comprar Jumex a comprar marcas extranjeras de Jugo. Prefiero el arroz mexicano que el importado... y así por delante. No siempre se puede (por eso digo "prefiero") comprar lo que uno quiere, pero al menos se intenta.

Soy un comprador "leal". Regularmente cuando una marca me ha satisfecho por algun tiempo, continúo comprando de esa marca aunque me suban el precio del producto. Cuando eso ocurre, siempre intento ponerme del lado del proveedor: ¿fué el alza de precio a causa de algo que pueda considerarse "injusto" o es el alza de precio algo "necesario" para seguir produciendo? - y un signo para ver esto es si la competencia subió precios también o no... - Cuando se ha estado del lado del fabricante, se sabe que siempre hay un costo del bien ("Cost of goods"), es decir, el costo de materiales y mano de obra para traer el bien hasta el estante, y se sabe que a veces los márgenes de utilidad pueden ser castigados por factores externos que van desde la competencia (leal o desleal) hasta el alza en el costo de materias primas o mano de obra. No siempre es sencillo ser empresario. No es siempre sencillo ser "el del capital" quien, independientemente de las ventas, tiene que pagar salarios a empleados y cuentas a proveedores. Y el consumidor no siempre está conciente de eso, por desgracia.

Hay veces que compañías mas grandes aprovechan su ventaja para intentar deshacerse de la competencia. Esto es natural, es parte del juego; pero está en nosotros los consumidores decidir si le damos nuestro dinero a la compañía pequeña, si es que su producto es mejor (mas barato, de mayor calidad, de presentación mas conveniente, o simplemente se sabe que esa compañía es el único sustento para cierta región del país).

Como consumidor, siento que tengo el poder y la responsabilidad de ver a quién le doy mi dinero. Prefiero comprarle un producto a un productor del país, aunque sea un poco (o un mucho, si mi bolsillo lo permite o si simpatizo con la filosofía de la compañía local) mas caro que un producto extranjero: al menos sé así que las ganancias se quedan localmente. Prefiero comprarle a una marca extranjera que produce en el país, con respecto a una marca (sea mexicana o extranjera) que importa ese producto de otro lado. Prefiero darle mi dinero a una compañía que es latinoamericana o que al menos produce en latinoamérica, que darle mi dinero a una compañía que favorece otros mercados. Y aunque mencioné que hago mi rutina cuando voy al supermercado a hacer compras de mis víveres, en realidad me aplica para todo: desde el banco que elijo para poner mis ahorros, las compras de electrodomésticos, el uso de servicios especializados, etc.. En general, trato de favorecer las empresas de mi país o bien las empresas extranjeras que han creído en mi país y han comenzado a producir desde aquí, trayendo recursos y empleo para mis connacionales.

Quiero aclarar sin embargo que no soy Xenofóbico. Todo lo contrario, me gusta mucho el contacto con el mundo. Sin embargo, a medida que avanzamos mas a un mundo global, donde hay tratados de libre comercio entre bloques mas que entre países, y donde hay bloques económicos muy fuertes (como el Europeo) que se han unido para defender sus intereses, creo que también nosotros tenemos que defender los nuestros. Mucha gente ha soñado con la integración latinoamericana: cada vez que he visitado países latinoamericanos o he convivido con gente latinoamericana, hemos visto que nuestros países comparten muchos retos: rezago educativo, brechas muy grandes entre ricos y pobres, una clase media diezmada, una fuerte identidad local que proviene de nuestras raíces indígenas, una profunda religiosidad, un gran sentido de nacionalismo y una gran decepción por saber que aunque vivimos en países ricos en recursos naturales (quien no tiene petróleo, tiene cobre, tiene gas natural, tiene tierras en extremo fértiles, o cualquier otra cosa) nuestros gobiernos no han tenido las ganas/sabiduría/responsabilidad/inteligencia/decencia de poder poner reglas y establecer políticas para que la generación de la riqueza sea distribuída. Y por eso mismo, el soñar algun día en latinoamérica podríamos formar un bloque, no suena *tan* descabellado...

Creo que el primer paso lo tenemos todos cuando consumimos: desde productos hasta servicios. Si favorecemos con nuestra compra lo hecho en México (y lo hecho en Latinoamérica, en cada uno de los países) estaremos favoreciendo nuestra economía, a nuestra gente. Y hay muchas muestras de que sabemos hacer bien las cosas localmente, lo cual debe dejar fuera la excusa de la calidad, contrario a lo que se decía hace mucho tiempo por ahí, de que en otros lados hacían mejor las cosas que nosotros (por eso me molesta cuando algun cliente me pide "llevar al gringo" o "llamar a Estados Unidos, porque allá sí saben"; porque lo que ese cliente no sabe es que los niveles de conocimiento son similares en casi todo el mundo: habiendo trabajado en un par de compañías multinacionales puedo decir que al menos en mi ramo, muchos ingenieros en latinoamérica estamos a la altura de los ingenieros de Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón o de donde quieran traerlos).

Tenemos un gran poder como consumidores, y no siempre nos damos cuenta de la responsabilidad que eso conlleva, ni de cómo ejercer adecuadamente. A veces compramos precio sacrificando calidad y a la larga pagamos las consecuencias ("lo barato sale caro", reza el popular refrán). A veces favorecemos siempre lo extranjero pensando que es mas "in" o mas "chic", sin pensar en el grave daño que al largo plazo le hacemos a nuestra economía y a nuestros descendientes.

También este poder puede servir para "castigar" un mal servicio: soy de los que se queja cuando he recibido un mal servicio (creo en la retroalimentación y en dar la oportunidad de mejorar a quien nos provee), pero también si no me hacen caso, uso mi poder de consumidor para favorecer a quien me de un mejor servicio. Por eso soy cliente Telcel en Telefonía Celular, pero IUSACELL en cuanto a Servicios de Internet de Banda Ancha 3G; pero ya de esto quizá platique después en otra entrada del blog.

Seamos un poco mas conscientes de este poder que tener el dinero con el cuál se consume nos da, y ejerzámoslo de una manera responsable.

Un asco la elección interna del PRD ¿Es de extrañarse?

Así que el PRD denuncia por un lado y por otro que hubo fraude en su elección interna. Que si hubo alteración en el padrón, urnas "embarazadas", que si hubo dobles votos. En fín, toda una sarta de artimañana electorales que denuncia un amplio y pleno conocimiento de este tipo de maniobras por un lado y por otro. Declaraciones descalificando el triunfo anunciado de Alejandro Encinas por parte de los seguidores de Jesus Ortega. Mas descalificaciones de este último para con el proceder de los esbirros del primero... Declaraciones, descalificaciones, sensacionalismos... lo mismo del año pasado, pero ahora el objetivo no es alguien de afuera, sino el mismo partido hacia adentro.

Pero ¿a quién asusta? - Son los mismos que cantaron "fraude" el año pasado en la elección presidencial, que tanto ruido hicieron pero pocas pruebas mostraron, que tanto daño causaron al país por el divisionismo que sus clamores promovieron pero poca habilidad mostraron a la hora de verse "unidos" como decían estar.

Es una pena. Sobre todo porque si se supone estos son los defensores de la "izquierda", la que se supone que vela por los intereses de los pobres, de los trabajadores, de los intelectuales; entonces nos muestran con estos procederes que antes de esos intereses, están los propios (lo cual no sorprende a nadie, pero al menos esto lo evidencia y pone de manifiesto). Es una lástima que sea como siempre, una guerra de declaraciones y descalificaciones en lugar de un ordenado y bien encausado debate con pruebas y hecho fehacientes. Si estos son los paladines del "pensamiento progresista", estamos lucidos...

Pero, una vez mas ¿quién les cree? - Toda esta gente está muy lejos del izquierdismo de a deveras: ese izquierdismo que promueve el distribuir la *generación* de la riqueza y no la riqueza ya generada. Ese izquierdismo que promueve generar conocimiento, enseñar a pescar y no a dar pescado. Ese izquierdismo de duda métodica y no de rivalismos que siempre ven negativo todo lo que el contrincante propone. La izquierda que yo añoro de las épocas en que el PFCRN (heredero del PPS, Fundado inicialmente para impulsar la candidatura de Cuahutémoc Cárdenas en el 88, Y de corriente marcadamente socialista y no socialistoide) era el partido donde las ideas fluían y el izquierdismo de a deveras se aglutinaba; al menos en la opinión y vivencias de alguien que de provincia como yo, donde la realidad del país se siente en el día a día y los motivos que se supone el izquierdismo vive para combartir -la pobreza, el rezago, la marginación social- no solo se palpan sino que se viven en carne propia. Esta gente del PRD se dice de izquierda, pero no lo son. ¡Qué bueno que no ganaron la elección presidencial! - No me quiero imaginar en lo que anduviéramos hoy, si lo hubieran hecho.

Ojalá recapaciten. Ojalá pongan orden, y ojalá de verdad pongan enfrente los intereses de la nación enfrente de los propios, como mucho lo proclaman pero poco lo llevan a cabo en las acciones. Ojalá cambien.

Yo por lo pronto, sigo de incrédulo con ellos, mientras mantengo mi corazón cerca de la izquierda; pero con el pragmatismo, el apego a la verdad y los ideales de paz que la derecha al menos ha mostrado en hechos, quiere hacer en este país. (Si lo ha logrado o no es otra cosa, pero el intento se ve, se siente y es claro). Es decir, sigamos educando. Sigamos "a Dios orando y al mazo dando". Sigamos haciendo lo posible por sacar a este pais adelante, sin buscar apuntar dedos o procurar culpables, sino trabajando duro...