miércoles, agosto 11, 2010

Donar... (o compartir con los demás)

La primera vez que decidí dar un juguete mío a alguien mas (o por lo menos la primera vez que lo recuerdo), fué cuando a instancias de mi madre, si la memoria no me falla, le regalé un carrito a control remoto a una persona que vino a pintar la casa de mamá, y nos dijo que su hijo quería un carrito así, pero que no tenía el dinero para comprarlo. El carrito, que en realidad de remoto no tenía mucho porque estaba alambrado, y entonces el "control" también tenía las baterías para alimentar el carrito, era un "transformable" que andaba sobre sus ruedas, pero también luego se convertía en "robot" que caminaba... era un juguete que quería mucho, que a mi mamá le había costado igual trabajo comprármelo porque en la casa el dinero no abundaba; pero en ese entonces creía que era mejor que alguien mas pudiera disfrutarlo... fué de esas cosas extrañas que a la distancia recuerdo, y mezclan una especie de nostalgia con satisfacción, y (aun a la distancia) algo de deseo de agarrar ese carrito (si lo tuviera) y ver si funcionaba...

En la vida a mi madre y mi abuela, responsables por mi crianza desde que mi padre falleció y tal vez desde antes, nunca sobró el dinero y por tanto no hubo abundancia en ningun sentido. Por mucho tiempo, segun la historia que a mis oidos llega por propios y extraños, las dos tuvieron que sacrificar mucho y trabajar arduamente para salir adelante. Pero esas circunstancias de vida jamás evitaron que siempre tuvieran la bondad de ser pródigas con las personas que les rodeaban. Siempre las ví, cuando la oportunidad se presentaba, ofrecer un plato de comida al vendedor que pasaba por la calle con facha de afligido o tal vez de hambriento, y que parecía traía el sol y la mañana a cuestas, además de su mercancía... Siempre vi a mamá ayudar al conocido o al desconocido en la medida que sus posibilidades le permitían, y esos ejemplos de primera mano siempre se me quedaron en la memoria y en mi conciencia...

No recuerdo tampoco cuándo fué la primera vez que doné ni cuándo. Recuerdo que en la universidad quise donar sangre, y no pude porque al haber sido víctima de la hepatitis cuando pequeño, quedaba imposibilitado como donador. Recuerdo que en alguna ocasión doné buena parte de mi salario de ese entonces a una organización de software libre, y mi tiempo colectando cosas para un bazar navideño para gente de escasos recursos. A lo largo de mis años, afortunadamente la vida me ha presentado mas de una oportunidad de ser útil y poder servir a los demás de alguna manera, y cada que tengo la oportunidad de donar, trato de hacerlo. No importa si son 10 minutos de mi tiempo o 10 pesos de mi bolsillo: con el tiempo me di cuenta que a veces importa mas la intención para volverlo práctica, que la "magnitud" de la donación en sí...

Lo curioso, es que cuando uno comparte la sensación que se tiene de haberlo hecho puede ser algo realmente adictivo, tanto que a veces me pregunto si uno dona por el compromiso, por ayudar a los demás; o si el donar es mas bien un acto medio egoista y lo hacemos por lo bien que se siente el hacerlo, y entonces es por satisfacción propia. Honestamente, es una pregunta que todavía no puedo responderme, y es que ante el peso de la sonrisa, los agradecimientos y las bendiciones expresadas por quien recibe dejan a uno dudando quién es el mas beneficiado...

Sea como sea, una cosa es cierta: si todo el mundo diera un poquito de sí a los demás, este mundo sería muy diferente...