lunes, diciembre 18, 2006

La carrera 10K nocturna

Fué la primera vez que corría por la noche. Desde la última carrera (que fué mi primera) tenía la "espinita" de correr una vez mas. Fué en la carrera de 10Km nocturna a la que me invitaron y a la que decidí asistir. Varios colegas igual la corrieron por invitación (entre ellos, Manuel, Isra, y Roberto). Es increíble ver cómo esto del deporte es contagioso, como casi todo lo que se puede hacer en grupo y cualquier otra actitud humana. "Dime con quién andas, y te diré quién eres" :-)

Tenía pensado bajar mis tiempos, y tenía en mente 55 minutos. Pero no lo logré. Resulta que no contemplé el hecho que el circuito tenía varias pendientes, algunas de ellas francamente pesaditas, que pues costaron mucho trabajo remotar. Al final del día conseguí hacer 2 minutos menos que la última vez (oficialmente mi tiempo chip fué de 1:08:25, contra los 1:10:10 de tiempo chip que hice en la carrera de Nike 10K en Noviembre)- aunque todavía muy distante de notar entre los mejores sitios... - una vez mas, la idea era terminar, y eso para mí ya era ganancia...

Fué emocionante sin embargo correr por la noche. Eso le confirió al ambiente una sensación diferente y a pesar de las subidas (que hubieran sido mas pesadas con calir) me sorprendió ver que los ganadores hicieron menos tiempo que los ganadores de la 10K de Nike. Fué emocionante salir del Estadio Olímpico Universitario de CU. Ver a la gente ahí y durante todo el recorrido echando porras y animando a que se continuara. Fué emocionante al llegar ver a tanta gente concentrada, solo por el simple hecho de hacer deporte, cualquiera que sea la motivación detrás (competir, verse mejor, sentirse mas saludable, compartir con los amigos y/o la familia).

Me gustó mucho llegar a la meta esta vez, porque la sensación de que estás llegando es mayor cuando tienes que hacer el recorrido en la semi-circunferencia del estadio (que fué también el punto de llegada). Ver el reloj, saber que puedes mejorar aunque sea un segundo si aprietas un poquito mas el paso. Y después de haber llegado, encontrarte con los amigos. A todos los ví sonrientes, satisfechos de haber llegado y transpirando esa extraña sensación de deber cumplido, aunque haya sido solo una carrera. Mal sin embargo, que el hecho de que yo haya olvidado el el paquete de corredor de Roberto (que me pidió de favor recoger por él) y que no haya tenido chance de medir sus tiempos. Mea culpa. Pero bueno... ¡Puedo jurar que llegó! ¡Yo lo vi! :-)

Al final, el Gatorade, la naranja y el plátano, el agua. Y las medallas. Le ofrecí la mía a Roberto como compensación por mi olvido, pero no la quiso. Ok. La guardo yo y queda como una medalla de ambos. Ya son dos, y quiera Dios que sean muchas más - porque debo confesar (una vez mas) que ahora que ya comencé en esto, me estoy haciendo adicto...

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